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Sthira y Sukha: Firmeza y Gozo

Consuelo Ordaz


“Sthira-sukham asanam”.

Patanjali, Yoga Sutra 2.46


Aunque existen muchas interpretaciones, podemos traducirlo así:

“Asana debe ser firme y gozosa /

el esfuerzo se vuelve no-esfuerzo y se alcanza lo eterno /

entonces las dualidades cesan”.


Originalmente la asana era una postura sentada de meditación, solo esa, en el siglo V a.C. Patanjali se refiere a esa postura sentada, firme, pero relajada.


Es en el “Goraksha Sataka”, en el siglo X-XI d.C., y en el “Hatha Yoga Pradipika”, en el siglo XV, que se identifican 84 asanas. Y el “Hatha Ratnavali”, en el siglo XVII, nos brinda una lista y algunas descripciones de 84 posturas.


Krishnamacharya, en el siglo XX, en medio del nacionalismo hindú, el colonialismo y la cultura física, enseñó un nuevo sistema de asanas, en donde combinaba ejercicio físico con el hatha yoga tradicional. Enseñó e influenció a Pattabhi Jois, fundador de Ashtanga vinyasa yoga, y a B. K. S. Iyengar, fundador de Iyengar Yoga, quienes describieron cientos de asanas más, reviviendo la popularidad del yoga y trayéndola a occidente. En “La Luz del Yoga” de Iyengar, en 1966, se describen alrededor de 200 asanas, y Dharma Mittra ha ilustrado cientos más.


En los textos medievales de hatha yoga, se mencionaba que las asanas brindaban beneficios físicos y espirituales. Recientemente tenemos estudios que nos brindan evidencias de que las asanas mejoran la flexibilidad, fuerza y balance, reducen el estrés y enfermedades relacionadas a este, así como alivian otros padecimientos.


Ejecutada correctamente, la postura estabiliza no solo el cuerpo sino la mente, trayendo al practicante al momento presente, libre de la preocupación por el pasado o el futuro. Le permite al practicante “determinantemente permanecer en buen espacio”. Establecerse en un “buen espacio” solo es posible cuando nuestro prana es saludable. Cultivar un prana saludable se extiende a cada aspecto de nuestra vida, más alla de nuestro tapete. Cuando empiezas a llenar tu estilo de vida, tu dieta, tus relaciones y pensamientos con sthira y sukha, vas allanando el camino para una vida de balance y visión espiritual.


Si el yoga ha sido yoga desde siempre, si las asanas han evolucionado y se han ido sumando muchas otras más, seguro seguirán habiendo muchas asanas nuevas más, y todas han sido y serán yoga. No quiere decir que las otras pierdan fuerza, méritos o beneficios, no quiere decir que las nuevas sean menos o más importantes que las primeras, y no se diga de las que faltan por descubrirse. Todas son yoga. El juzgar que lo nuevo no es yoga viene desde un punto de vista limitado, porque a medida que expandimos nuestro conocimiento y nos abrimos a nuevas posibilidades, ganamos más, el universo se abre, y da espacio a más creatividad, experiencias y conocimiento. Si la práctica de yoga de otros no la comprendes, no quiere decor que no es yoga, sino que simplemente no la comprendes. Puedes quedarte haciendo sólamente padmasana, o tu postura sentada favorita y así hacer yoga si quieres, y está bien, pero no por eso quiere decir que los que hacen las 2,000 asanas o más no están haciendo yoga.


El yoga va más allá de las asanas, de lo físico y tangible, busca trascender el cuerpo y el tapete, para llegar a lo sutil, al alma, en el día a día. El yoga busca expandir tu Ser, tu capacidad de sentir, experimentar, disfrutar, gozar, para liberarte de ataduras internas y vivir en un estado de firmeza y gozo, existiendo y disfrutando en la cotidianeidad.


Te deseo un “buen espacio”, lleno de estabilidad y gozo, y que respetes el “buen espacio” de los demás, para que seamos felices y practiquemos lo que el yoga viene a enseñarnos, el respeto, el amor y la unidad.


Namaste.




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